miércoles, 12 de octubre de 2011

Los inventores de la ley de ventaja

Si se confeccionara un ranking de los personajes más detestables que suelen desfilar por nuestra vida cotidiana, sin lugar a dudas el sitial de honor se lo llevarían los ventajeros. Son esos seres que, sin ningún pudor, buscan sacar provecho de cada situación, aun a costa de perjudicar a familiares o amigos. Jamás descansan. Mientras vos dormís o gastás tu tiempo en actividades placenteras y recreativas, ellos están urdiendo planes o dudosas estrategias para pasarte por arriba. Y no son pocas las veces que logran su cometido porque tienen el don de la sorpresa, te agarran desprevenido y con la guardia baja. Su especialidad es el chiquitaje, la pequeña avivada que, precisamente de tan insignificante, siempre deja peor parado a quien se atreve a pararles el carro. Y ésta es la clave del éxito de los personajes que siguen a continuación.
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EL GARRONERO
Uno de los motores, sino el principal, que mueve a los ventajeros es la guita y este especímen es un fiel exponente de ello. Ha llegado a la conclusión de que es posible subsistir tranquilamente sin desembolsar un mango. Su patológica miserabilidad lo eyecta de cabeza a la categoría de enfermo. Exprime al máximo cada una de sus ocasionales relaciones para no abrir la esquiva billetera, así se trate del alquiler de una película, la entrada al teatro, algún trámite municipal o el alimento para el perro. Si algo no llegara a interesarle lo garronea igual porque para eso se inventó el tráfico de favores: ese DVD con los goles del Banfield Campeón 2009 se lo regalará al portero hincha del Taladro, y de esa forma logrará que le arregle el calefón y le destape el inodoro gratarola. Un maestro.
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EL GARRONERO LIGHT
Sub-especie más inofensiva. No jode tanto el ventajeo en sí sino el caos que provoca para lograrlo. Durante el verano se lo puede ver hostigando a promotoras a la pesca de una muestra pedorra de bronceador, la degustación de una nueva línea de jugos o una visera con el logo de una marca de profilácticos. Se anota en todas las clases playeras de step y termina en alguna guardia de traumatología o, en el peor de los casos, en una unidad coronaria. En alguna época no tan remota solía pasar varias veces frente a los puestos de Gándara y Villa del Sur de la ruta 2 para llevarse como trofeo un yogur o una botella de agua mineral. Consumido el producto, como buen representante del medio pelo argento diseminaba los desechos por toda la banquina. Durante el resto del año, este oportunista profesional no se pierde una sola inauguración de plástica o fotografía, en las que ya sabe que nunca va a faltar el morfi ni el chupi(1).

EL COCODRILO DUNDEE
Personaje que entra a tallar a la hora de levantar una consumición grupal de escaso monto. La inaccesibilidad de su billetera es directamente proporcional a la cifra que le toca abonar. Siempre pero siempre este elemento va a estar en el fondo de una enorme y desordenada mochila, en el auto que quedó estacionado como a 10 cuadras o directamente olvidada en la casa. En el raro caso de tenerla a mano, la misma estará intencionalmente habitada por un solitario papel de 100 pesos que, obviamente, será demasiado grande para saldar un mísero café con dos medialunas. “Qué cagada, no tengo más chico. ¿Alguien me banca?”, exclamará fingiendo preocupación. Hacé la prueba: relojeá con disimulo el número de serie que figura arriba de la jeta de Roca y vas a descubrir sorprendido que es el mismo billete que amaga sacar siempre. Es más, lo debe tener atado con una delgadísima tanza de nylon.

EL SUBSIDIADO
Pariente cercano del anterior. Beneficiado por la practicidad del sistema de pago “a la romana”, se clava un lomo de ciervo colorado con salsa de arándanos que termina saliéndole como unos fideos con manteca y aceite. Se chupa él solo un Embrujo Patagónico Tempranillo cosecha 2002 de 150 mangos y finalmente garpa la tacuen como si hubiese empujado la comida con agua de la canilla. Ante tu airada protesta, intenta trabajarte la moral y la culpa apelando a su frase de cabecera: "No me digas que vas a hacer quilombo por XX pesos de mierda". "Y si son tan de mierda explicame por qué carajo no los ponés vos", hay que contestarle para invertir su argumento falaz y perverso.
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EL ACOMODATICIO
Rey de la subjetividad y cultor del doble standard. Defiende o ataca una misma postura según lo que le conviene en ese momento. No resiste un archivo. Se hace bien el boludo si una situación irregular lo favorece, pero cuando lo perjudica ahí se acuerda de aplicar desesperadamente el reglamento. Como comerciante defenestra los productos de otros y tiempo más tarde los elogia si el que los vende es él. Ante un tira y afloje por guita, solo reclama airadamente si la que sale perdiendo es su billetera. Si se da a la inversa, utiliza el mismo argumento ambivalente y perverso del subsidiado: “No puedo creer que seas capaz de reclamarme esta miseria”, te reprochará con tono dramático.

EL MANIPULADOR
Diría que es el más peligroso. Nunca va al grano e intenta obtener información tuya preguntándote las cosas indirectamente o mediante largos rodeos. Él, en cambio, jamás cuenta nada de nada. Te obliga a estar las 24 horas en estado de alerta porque es invasivo y no se le cae la cara para pedirte quinientas veces la misma “gauchadita”. Busca modificar tus planes para su propio beneficio o intenta convencerte de hacer algo que solo le conviene a él. Le decís que no podés prestarle el auto porque justo ese día tenés un asado y te contesta "mirá que escuché por ahí que para mañana está pronosticado lluvia, ¿eh?". Le aclarás que no podés quedarte a cubrirlo en el laburo porque vas al súper a aprovechar unas ofertas y te retruca "tenés tiempo, ¿eh?; leí que es hasta fin de mes y además me dijeron que corren para dos o tres productos nada más".

EL ESCONDEDOR
Es asiduo practicante de la teoría del sapo hervido(2). Falsea cifras y no blanquea sus intenciones de entrada para evitar que lo saques cagando. Traducido al criollo: te la va metiendo de a poquito para que no lo adviertas ni te duela demasiado. Te ruega que lo aguantes "5 minutitos" y aparece a los 45. Te pide que lo alcances con el auto "acá a un par de cuadritas" y te hace manejar hasta la puerta de su casa. Te manguea unos pesitos “por unos días” y, con tus billetes ya en mano, a las dos semanas te avisa que cuando se le destrabe la herencia de la abuela te devuelve “una parte”.
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EL FALSO
Personaje también peligroso y extremadamente retorcido. Actúa que no le interesa algún objeto que está en disputa cuando en realidad se muere por cepillártelo. Tené cuidado, su verdadero objetivo es hacer que bajes la guardia al suponer –erróneamente- que él se retiró de esa eventual competencia. A la larga termina resultando patético porque esa impostura se le nota de acá a la China. De todas maneras no dejes las cosas ahí. Como él cree que su estrategia es secreta, hacelo reventar en silencio confesándole que los que obran de esa forma te parecen unos reverendos hijos de puta.
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Estimados seguidores de este blog: ¿Conocen a algún ventajero más?
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(1) Cuando se inauguró mi muestra de fotografías de la Patagonia en el Centro Cultural Borges, aparecieron 2 o 3 personajes desconocidos que pasaban varias veces frente a las obras para terminar el circuito en la mesa donde se servía una copa de vino.
(2) Basada en un experimento que consiste en tirar primero un sapo vivo en una olla con agua hirviendo y luego en una con agua tibia a la que se le irá aumentando la temperatura de a poco. En el primer caso el sapo escapará aterrorizado; en el segundo, el animal será incapaz de advertir los cambios y finalmente morirá cocinado.

6 comentarios:

Sandra Montelpare dijo...

Buenísima entrada! Los que más me sacan son los que se niegan sistemáticamente a colaborar para la propina o te patean para adelante los pagos y a las 24 hs se van de viaje y encima te preguntan "No te vas a ningún lado este fin de semana largo?" No, estoy esperando que me pagues, rrrrrraaaaaataaaaa!!

Armando De Giácomo dijo...

Tal cual, Sandra. Paredón para los que te deben guita y mientras tanto te enterás que hacen vida de bacanes (viajes costosos, compra de electrónicos de lujo, etc.). Decirles ratas es insultar a los pobres roedores.

Gracias x comentar!!

Anónimo dijo...

Geniales los encuadres!
El "Lobo con piel de oveja" garpa también. je
Bsos Armannnnn

Anónimo dijo...

- hay otros seudo amigos que vienen siempre cuando estas almorzando en el restaurant...y vos por cumplido le preguntas queres almorzar..y te dicen no a lo sumo te acompaño en el postre mientras tomo una bebida...asi asegurandose de no pagar a la romana..que turros.! pd:: un beso a la perrita donna ,me encanto creo que la vi en el otro bloger patagonico...muy bueno lo de la patita que pide comida.saludos

Armando De Giácomo dijo...

Big Conde:
Hay otros que piden una pavadita y luego picotean de los platos de los demás. Después se rajan antes y te dejan pago "lo suyo". Ratones totales!
Seran dados los besos a Donna.
Saludos y gracias x pasar.

Gustavo dijo...

FAIL. Pagar "A LA ROMANA" es pagar cada uno lo suyo, lo que él ha consumido. Quizá quisieron referirse a pagar "POR PARTES IGUALES". Se pide una sola CUENTA y se divide por la cantidad de comensales.