lunes, 5 de septiembre de 2011

Mi pasado... ¿me condena?

Desde hace no mucho, se ha instalado en la sociedad argentina una especie de revisionismo histórico y político a partir de una simple pregunta: ¿Cuál fue el comportamiento de determinados personajes públicos durante la Dictadura? Es decir, un delicado interrogante destinado a investigar si han sido colaboracionistas, chupamedias, tibios, alcahuetes o amantes de algún genocida. Esta cruzada moralista y justiciera sería auténtica, siempre y cuando se pusiera la lupa sobre absolutamente todas las figuras públicas y no solamente sobre aquellas que pertenecen al club de los que molestan al Gobierno. ¿O acaso alguien sabe qué hicieron los que hoy levantan el dedito acusador? Es fácil también, como hacen otros tantos, opinar y juzgar desde la impunidad que da el haber sido niños o adolescentes durante aquella época nefasta. ¿Y cómo hubieran actuado de haber sido adultos y ocupado lugares destacados dentro del mundo de la política o del espectáculo? Imposible saberlo aunque en ciertos casos no es tan difícil imaginarlo. El miedo, a veces, suele sacar lo peor de cada uno.
En resumen, creo que nadie tiene el culo limpio pero parece ser que algunos nos quieren vender que sí. Y encima pretenden que les creamos. Así son las cosas y ya llegamos al extremo de poner en duda a entrañables personajes como Tato Bores y Carlitos Balá. Es más, con respecto al primero, en el programa “678” el Ministro Randazzo fue a fondo y sin anestesia: “si (personajes como Tato) hubieran tenido otra actitud, no hubiéramos tenido que lamentar 30.000 personas”(1). Sin palabras.

Entonces, estimados muchachos nac & pop, sean medianamente equitativos. Si tanto estupor causa esta foto de abajo donde aparecen sonrientes Alfano y Lacoste...
...también lo debería causar esta otra de Videla y Don Julio, a quien el ex menemista Marcelo Araujo bautizó como “el Kirchner de la FIFA”.
Si les parece un escándalo esta imagen de Mirtha y Astiz...
...también lo es esta otra donde aparece Kirchner y el general Guerrero, ¿no? (el segundo y el tercero empezando desde la derecha)(2).
El tema del Proceso y los infinitos grados de complicidad civil va a ser el cuento de nunca acabar, por lo que, a mi modesto entender, caben dos posibilidades. Una sería arrojar un manto de piedad y que cada cual se haga cargo moralmente de lo que hizo o dejó de hacer. La otra es que directamente los 40 millones nos entreguemos a la Justicia por crímenes de lesa humanidad y le dejemos el sillón de Rivadavia a Amigacho, a Zulma Lobato o a Belén Francese. Digo, de pronto, me parece...

(1) Paradójicamente se contradice con los dichos de la Presidenta, quien meses atrás afirmó que si Tato viviera sería ultra K.
(2) El general Guerrero era el Comandante Militar en la provincia de Santa Cruz y el resto eran civiles que concurrieron a esa reunión para apoyarlo.

3 comentarios:

Leno. dijo...

Muy bueno, toda la razon, nadie está libre de pecados para tirar la primera piedra!

Armando De Giácomo dijo...

Gracias x pasar, Leno!
Algunos muchachos ya están desquiciados. Falta que ahora vayan por Hijitus o por Isidoro Cañones, porque era sobrino de un coronel.
Saludos!

Armando De Giácomo dijo...

Y pensar que ahora defienden a Milani... Qué ironía del destino, ¿no?