lunes, 5 de julio de 2010

El camaleón político argentino



Es sabido que en política nadie tiene la verdad absoluta ni vale la pena pelearse por ello. Cada uno tiene sus razones para pensar como piensa y son válidas. Tengo amigos que simpatizan con Kirchner, otros con Macri, otros con Lilita Carrió, otros con Pino Solanas, y otros... otros mejor ni hablar... Y se puede convivir perfectamente y en armonía. Los que sí me ponen de la nuca, pero muy de la nuca, son esos que hoy justifican barbaridades que en un pasado no muy lejano denostaban. A continuación algunos de los ejemplos más clásicos.


En los ‘90...
Hoy...
Se irritaban con la obscena frivolidad de los hijos de Menem y de De La Rúa.
Les encantan las carteras de U$S 15.000 de Cristina y ven con simpatía que Florencia Kirchner haya usado el avión presidencial para ir a un cumpleaños.
Se horrorizaban con la valija de Amira.
No ven motivos para escandalizarse tanto con la valija de Antonini Wilson.
Soñaban con una mayor participación de los partidos de izquierda.
La detestan, la única izquierda es Néstor y Cristina.
Pensaban que había que meter presos a todos los barrabravas por asesinos y violentos.
Los barras son peronistas, nacionales y populares, y criticarlos es de fachos.
Los ponía locos cada hecho de corrupción.
Están convencidos de que la corrupción es un invento de los medios (algunos cambiaron el “roban pero hacen” por el “roban pero son de izquierda”).
Amaban a personajes como Caparros, Lanata y Lilita Carrió porque eran respetables figuras de la izquierda que se jugaban en sus opiniones.
Piensan que son gorilas y derechistas. Patéticos personajes que osan criticar al “modelo”.
Creían que la inseguridad era producto de la desigualdad social y de las políticas neoliberales.
Creen que es una “sensación” inventada por Clarín y TN; uno o dos asaltos por día siempre hubo.
Decían que la verdadera oposición estaba en el periodismo y en los medios de comunicación, y que gracias a ellos se destapaban ollas (incluido el GDA).
Los aborrecen y piden la Ley de Medios para controlarlos.
Se indignaban con la entrega del oro y de los glaciares.
Se hacen los boludos frente a la Ley de Minería y al veto de la Ley de Glaciares. Lo único que les importa es la contaminación provocada por el glifosato.
La tremenda corrupción hacía que les chupara un huevo la supuesta estabilidad económica.
La supuesta estabilidad económica hace que les chupe un huevo la tremenda corrupción.
Admiraban –y envidiaban- democracias como las europeas o crecimientos como el brasilero o el chileno.
Odian las comparaciones. Creen que nuestra democracia es la mejor de todas y que todavía nadie se avivó de que vivimos en el paraíso.
Puteaban porque la Corte Suprema de Justicia era adicta al poder.
Putean porque la Corte Suprema falla en contra del poder y está lleno de jueces “delivery”.
Tomaban como ejemplo a políticos y próceres honestos como San Martín, Belgrano o Moreno.
Les rompen las pelotas esas comparaciones. Los únicos próceres son nuestros gobernantes actuales.
Se horrorizaban de los “batatas” y de las patotas del menemismo.
Están a favor de D’Elía, de Moreno y de los escraches a periodistas.
Pensaban que los planes sociales solo servían para generar clientelismo político.
Son ideas brillantes del Gobierno.
Se brotaban cuando veían a Neustadt haciendo campaña a favor del Turco.
Se babean al ver a los de “678” chupándole las medias al matrimonio Kirchner.
Se jactaban de ser la verdadera oposición al modelo.
Creen que los que se oponen al modelo son antiargentinos, fachos, destituyentes y quieren el mal para el país.
Denunciaban a la burocracia sindical y al enriquecimiento de los “gordos”.
Apoyan a Moyano.
Se quejaban de que Canal 7 era un “agujero negro” y solo servía para hacer propaganda y negociados para el Gobierno.
Le dicen a todo el mundo que la TV pública “te abre la cabeza”.
Estaban a favor de todo tipo de reclamos y protestas sociales.
Están en contra porque piensan que “le hacen el juego a la derecha”.
Odiaban a Carlos Corach.
Aman a Aníbal Fernández.
Se quejaban de la pobreza que había en el país.
No ven más pobres.

2 comentarios:

Leno. dijo...

Espectacular el post, realmente no hay nada que comentar, redondito. Me viene a la cabeza una campaña de la alianza que mostraba las boletas electorales del PJ y decían

"Ruckauf es el vice de Menem,
Duhalde fue el vice de Menem,
Ruckauf va de gobernador, con Duhalde ¡sí señor!

Duhalde es socio de Cavallo,
Cavallo ministro de Menem,
Y ahora Cavallo, que no lo cuente,
lo puso a Ruckauf con su cara sonriente.

Son siempre los mismos...
Son todos parientes... "

Y Scioli fue socio de Menem, Felipe Solá fue Vice de Ruckauf. Y los dos fueron gobernadores aliados a Kirchner, a quien lo puso Duhalde. Siempre lo mismo, borom bom bom borom bom bom es el equipo del cabezon.

Armando De Giácomo dijo...

¡¡¡Y nosotros los seguimos votando!!!
Lo gracioso es que te la quieren vender como la lucha de los villanos contra los buenos, y es la pelea entre los malos y los peores.
¿Te acordás del "que se vayan todos"?
La gente ya se olvidó pero para mí aún sigue muy vigente.