Allá
por la segunda mitad de los setenta, había una legendaria banda de rock pesado (a ese género hoy se lo llama heavy metal) que me partía la sabiola en mil pedazos: Deep Purple. Recuerdo
como si fuera hoy mis primeras grabaciones caseras de “Machine Head”, “Quemar”
y “Vení y probá la banda” (en ese entonces las tapas de algunos discos venían
traducidas al castellano). Las tomas las hacíamos “en directo” en la casa de un ex compañero de la primaria.
Es decir, con el micrófono del grabador a cassette colocado a escasos centímetros de los
parlantes del tocadiscos. Cerrábamos herméticamente puertas y ventanas y era una regla no escrita que apenas
aterrizara la púa sobre el vinilo no debía volar ni una mosca. Por supuesto, un bocinazo en la calle, el
paso de un auto con el escape ronco o la estrepitosa caída de la sartén de un vecino indicaba que había que empezar todo de nuevo. O al menos volver a arrancar desde ese tema. Éramos tan pobres, como diría el
Negro Olmedo.
De
Deep Purple me gustaba todo, en especial la viola de Ritchie Blackmore, la estridente voz
de Ian Gillan y el órgano Hammond de Jon Lord. Y quizá este último era quien
le aportaba a la banda esa impronta progresiva y sinfónica que tanto me atraía y que
la hacía diferente a tantos otros escuadrones pesados de la época como Led Zeppelin o Black Sabbath.
El 16 de julio pasado el gran Jonathan Douglas
Lord “se fue de gira” y en homenaje a él dejo a continuación dos temas en los
que se luce como nunca. Dos perlitas halladas, cuando no, en las profundidades de
Youtube. Hasta siempre Jon y gracias por musicalizar esa etapa de mi vida.
Lazy (Haragán)
Child in Time (Chico Puntual)
1 comentario:
Vi dos veces a Deep Purple en vivo, lamentablemente Jon Lord ya no era parte del grupo.
Una triste noticia.
Publicar un comentario