Quienes
siguen este blog recordarán que no hace mucho atendí a los disparadores seriales, esos personajes que van por la vida con la cámara de fotos pegada al
cuerpo y retratan absolutamente todo. Entre ellos estaban los gastronómicos,
los referenciales, los fiesteros, los eyaculadores precoces... Toda gente muy simpática, je.
Hace
poco, visitando unos geisers en el norte de Chile, pasó algo que me llamó
graciosamente la atención. En realidad una boludez. En un momento determinado,
vi que varias de las tantas personas que andaban por allí se hacían tomar la
misma foto y en la misma pose: las rodillas apenas flexionadas, el culo para
afuera, la palma de las manos arriba del chorro de vapor y carita de placer. Más allá de advertir
que cada turista iba copiando al anterior, llegué a la conclusión de que no
solo existen patrones de comportamiento para los que sacan fotos sino también
para los fotografiados. “Qué lindo post
me voy a mandar sobre este asunto”, me dije por lo bajo y relamiéndome de
placer.
Por
eso, siguiendo con la temática de las fotos, esta vez voy a hacer “foco”
(cuac!) sobre las distintas, reiterativas e indescifrables posiciones que adoptan
aquellos que están delante del objetivo. Me refiero a los sonrientes,
reflexivos y poco originales protagonistas de esas imágenes que inundan las
redes sociales o son el terror de las reuniones post-vacaciones. Aquí van
algunos de los personajes más comunes y sus poses.
(Aclaración:
el sexo de cada personaje está adjudicado en base a una regla personal, lo que
no implica que la misma pueda contemplar excepciones.)
EL
AVIONCITO 1
Hombre.
Su gesto es simple: cuerpo erguido, piernas juntas (no es excluyente), brazos
bien extendidos en forma de alas, dedos separados y la palma de las manos
mirando hacia el suelo. Esta pose puede indicar varias cosas: que quiere volar,
que alcanzó el pináculo de su existencia o que después de 20 años mandó al
psicólogo a la mierda. A veces suele fotografiarse en patas, idea que garpa
bastante porque lo muestra conectado con la madre naturaleza. Fanático de la
vida outdoor, sus escenarios
preferidos son los sitios elevados y con grandes extensiones de tierra -o de
mar- a sus espaldas. Solo le faltaría una espada en la mano y gritar “¡¡¡con el
poder de Grayskull!!!”.
Hombre. Bastante similar
al anterior con una diferencia: este personaje coloca las palmas un poco
mirando hacia el fotógrafo y otro poco hacia arriba, detalle que indica que
tiene mucho para dar. No me pregunten qué, pero tiene mucho. En ocasiones suele
aparecer sacando pecho, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás, lo
que secretamente puede indicar tendencias suicidas. Atenti con esto último. Al
igual que el caso anterior, aprovecha los atardeceres para tapar el sol con su
cuerpo y así lograr esos impactantes contraluces que suele ver en los libros de
autoayuda. Si te topás con este sujeto, no dudes en acercarte: seguramente
viene a la Tierra para salvarnos.
EL
AVIONCITO 2
Mujer. Estamos frente a
otro espécimen que se muere por volar. Se inspira en la espiritualidad
reveladora del avioncito 1 pero introduce un par de cambios sustanciales:
inclina los brazos y pone sus deditos apuntando al cielo. Es una de las poses
más populares entre las integrantes del sexo débil e intenta expresar un gran
momento de realización personal. La cabeza puede acompañar la inclinación de
las “alas” o permanecer vertical, aunque da mucho más femenina esta última variante
(detalle no menor si en una de esas algún muchachito quiere probarla, a la pose
digo).
Mujer. Interpreta una
versión más ornamentada que la del avioncito 2, sobre todo en lo que de la
cintura para abajo se refiere. En ocasiones coloca sensualmente una rodilla
delante de la otra, en otras, cruza directamente las piernas, y en otros casos
apoya el talón de un pie sobre el empeine del otro, aleja la rodilla y quiebra
la cadera. Si el avioncito 2 se siente plena y realizada, aquí ya cree estar en
la piel de una estrella de Hollywood. Advertencia: vas a tener que fumarte
miles de estas fotos si alguna amiga o tu compañera de oficina volvió del Sur,
de Machu Picchu o de algún otro lugar en donde cree que encontró la luz.
EL
FUTBOLERO
Hombre. Su pose es
archiconocida, casi no hace falta que la explique: cuerpo en cuclillas, una
mano sobre la rodilla y los cinco dedos de la otra apoyados en el suelo. Su
sueño siempre fue jugar en la primera de Boca o de River, aunque si mira un
poco alrededor va a descubrir que le están faltando los otros 10. De todas las
posiciones, es la única que le rompe las pelotas al fotógrafo porque lo obliga
a agacharse también.
LA
SOÑADORA
Mujer. Su pose es
bastante tranqui y discreta pero no menos reiterativa. Este personaje inclina
su carita hacia un costado impostando simpatía, calidez e ingenuidad. Lo hace
como un acto reflejo apenas alguien amaga tirarle una instantánea. No falla
nunca. Es como si la luz del autofoco le aflojara las cervicales y a la vez le
transmitiera paz y felicidad. Quien no la conoce la mandaría al traumatólogo
porque en todas las fotos parece que estuviera con tortícolis.
Hombre.
Cultor rabioso del pulgar para arriba. Y para todo, así sea una foto en la
playa, en un cumpleaños o esté a punto de renovar el DNI. Otro caso de acto
reflejo. Si ya de por sí califica como un verdadero triglicérido sólido, existe
una versión mucho pero mucho más nociva en la que se lo ve echando sus hombros
hacia atrás y exhibiendo orgulloso su baqueteado comedor. A veces lo potencia
luciendo un colorido outfit o una
camiseta de fútbol. Con los consabidos mate y termo en la mano. Imaginatelo con
el Coliseo Romano o la Torre Eiffel de fondo. Mortal.
EL
DESCONTROLADO
Unisex. Alguna vez le
dijeron que posaba muy serio y a partir de allí comenzó su viaje de ida hacia
el ridículo. No concibe una sola foto sin acercar exageradamente la trucha al
objetivo, sacar la lengua a lo Jagger o ensayar muecas y gestos desorbitados. Su
locura lo lleva a intentar todo tipo de piruetas o peligrosos ejercicios de
destreza física, lo que generalmente deja a más de uno lesionado. Si a la
soñadora el autofoco le afloja el cogote, a este personaje le transmite una
descarga eléctrica. Y de las fuertes.
Mujer. Para ejecutar
esta pose generalmente suma a su grupete de amigas, sola no se la banca. Este
personaje coloca las rodillas semi-flexionadas y pegadas, revolea el culo para
afuera, tira la cabeza para atrás y pone las manos en la entrepierna o en la
cadera. A veces refuerza la idea frunciendo la boca como simulando un pico o
sosteniendo su alicaída pechuga. Cree que da perra y provocativa pero en
realidad parece que se estuviera meando. Esta pose se ve mucho en playas o eventos
nocturnos en donde el alcohol va haciendo que cualquier bondi la deje en
Flores.
EL
AMARGO
Hombre.
Le molestan las fotos y sale siempre con cara de sorpresa o directamente de
orto. En las tomas grupales es el que se esconde, o a lo sumo aparece en el
fondo y por la mitad. Las clásicas expresiones “digan whisky” y “digan cheese”
suenan en sus oídos como el peor de los insultos. Admira al desaparecido Yabrán,
quien declaró alguna vez que sacarle una foto era como pegarle un tiro en la
frente.
LA PODÓLATRA
Generalmente mujer. De las 2.500 fotos que trae de sus vacaciones, siempre vas a tener que fumarte 5 ó 6 primeros planos de sus pies con algún paisaje detrás. Ese telón de fondo puede ser la pileta de un spa, una playa caribeña o el borde de un precipicio para que, en este caso, vean lo temeraria que es. Sus bellas extremidades suelen aparecer solas o acompañadas de algún otro par de piececitos amigos. Si son de un hombre genera más envidia e intriga, sobre todo si la fulana viajó en plan de soltería. Si decidís imitar a este espécimen no hace falta que te diga que tenés que viajar con las patas en condiciones. Nada de hongos ni uñas encarnadas. Andá pidiendo turno con el pedicuro para no pasar un papelón.
Generalmente mujer. De las 2.500 fotos que trae de sus vacaciones, siempre vas a tener que fumarte 5 ó 6 primeros planos de sus pies con algún paisaje detrás. Ese telón de fondo puede ser la pileta de un spa, una playa caribeña o el borde de un precipicio para que, en este caso, vean lo temeraria que es. Sus bellas extremidades suelen aparecer solas o acompañadas de algún otro par de piececitos amigos. Si son de un hombre genera más envidia e intriga, sobre todo si la fulana viajó en plan de soltería. Si decidís imitar a este espécimen no hace falta que te diga que tenés que viajar con las patas en condiciones. Nada de hongos ni uñas encarnadas. Andá pidiendo turno con el pedicuro para no pasar un papelón.
Así
es la cosa, estimados amigos. Me detengo aquí pero en el tintero quedaron personajes como el galán, el choborra, la
mandona, el gatienzo... Y debe haber muchos especímenes más con los que todavía
no he tenido el agrado de cruzarme. Parafraseando a esa conocida expresión popular, en este post
no están todos los que son... pero sí son todos los que están!!! Y bien
merecido lo tienen estos verdaderos profesionales en el arte de “mirar el
pajarito”.
5 comentarios:
Lo compartí en Twitter porque está muy bueno!
Me hizo pensar en los que se sacan las típicas fotos en la torre de Pisa o en estos http://boludosenlassalinas.tumblr.com
Gracias x pasar, Sil... y por el chivo!!!!
Los de la torre de Pisa deben posar torcidos. Si no, no tiene gracia. Ya me estoy yendo a ver a los "boludos en las salinas", jaja!!!
Hola , Armando. Escopetazo sanitario en la ingle para todos. No es que sea amarga pero últimamente estoy bastante reacia a las fotos y no porque no me gusten. Ya he contado muchas veces la afición de mi viejo a la fotografía y esas tardes esn el cuarto oscuro revelando casi iniciáticas. Pero a lo que sí me rebelo ahora es esa compulsión de compartir fotos on line. Yo me quiero sacar una foto de cumpelaños. Me gusta tener cierto registro de lugares o moemntos lindos PERO PARA MÍ. Alo sumo con mi hermana intercambiamos via mail las que salieron bien pero no necesito contarle a la humanidad que compartí una reunión con los de la foto. Entonces ante la incontinencia visual , termino incómoda con cara de ocote en las fotos porque sé lo que se viene.
Perdçon pero el digan whisky chinchulín y demás, ya basta!!! Por favor. Piedad.
El otro día una alumna me mostraba su book de quince, en las vías del tren de la costa, obvio. No se les cae una idea, UNA. Pero bue, no me hagas caso. Mi odio visceral hacia los albums de fotos y videos sociales viene de lejos. Con decirle que ni los festejé por ese infumable compendio de souvenir, torta, molo en el auto cual paquete carnaval carioca y agggh nonono ¿Para cuándo una licencia para portación legal de digitales? Saludos van
Jaja!! Me imaginaba que iba a pelar el rifle, colega bloguera. Coincido en todo: infumables los álbumes y los videítos de los cumples de 15, de 40, de 50 o de lo que joraca sea. Son tan previsibles las poses, las caritas, la música, las lágrimas... El lugar común llevado a su máxima expresión. La gente tiene la revista “Caras” en la cabeza.
Yo, en general, trato de no subir fotos de terceros a facebook y menos a flickr. Qué sé yo si ellos tienen ganas de que mis contactos (y los desconocidos que están en ese momento mirando las fotos con mis contactos) los vean. La mayoría no respeta estos códigos y terminás viendo paladas de gente que en tu puta vida conociste ni vas a conocer.
Saludos fundamentalistas y fotográficos!
Es verdad, Leandro. En su momento resultaron una novedad pero ya aburren un poco. Casualmente vas a encontrar a muchos de esos personajes en el blog que recomendó Sil.
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