Hace unos días nomás, la Presidenta participó en la Casa Rosada del lanzamiento del satélite argentino “SAC-D Aquarius”, que medirá la salinidad del agua y la humedad de las tierras. “Hoy es un gran día para todos”, remarcó eufórica. Y tenía razón; confirma la capacidad de nuestros científicos y el apoyo de este Gobierno a todo lo que esté relacionado con el desarrollo tecnológico.
Pero la mandamás de los argentinos y de las argentinas no pudo con su genio y, como ya es su marca registrada, alguna patadita al reciente pasado le tenía que tirar. "Pensar que hace 10 años lanzábamos piedras y ahora estamos lanzando satélites al espacio", disparó con ironía, dando a entender que hasta no hace mucho vivíamos en una especie de caótica edad de las cavernas y hoy estamos a la vanguardia de todo. Mirá vos qué bien.
Pero la mandamás de los argentinos y de las argentinas no pudo con su genio y, como ya es su marca registrada, alguna patadita al reciente pasado le tenía que tirar. "Pensar que hace 10 años lanzábamos piedras y ahora estamos lanzando satélites al espacio", disparó con ironía, dando a entender que hasta no hace mucho vivíamos en una especie de caótica edad de las cavernas y hoy estamos a la vanguardia de todo. Mirá vos qué bien.
Y para corroborar sus dichos esperanzadores y triunfalistas, les dejo algunas imágenes del hermoso final de River-Belgrano de Córdoba, ese partido de fútbol que, gracias a una decisión del Gobierno, se jugó con público. Porque vamos a ser sinceros, había que ser muy pero muy mala onda para pensar que se podía armar quilombo, ¿no?
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Hincha lanzando el satélite “Maderus”, que actúa sobre la cabeza de sus propios futbolistas haciendo que en la “B” Nacional no erren más penales ni la toquen con la mano.
Fanático lanzando el satélite “Cascotus”. Se guía por el sonido del silbato del árbitro y lo sigue por toda la cancha.
Agente de policía alcanzado por un satélite. “No es nada; soy consciente de que los avances tecnológicos a veces se nos vuelven en contra. Todo sea por la profundización del modelo”, declaró el joven efectivo, quien se retiró a su domicilio por sus propios medios.
Guardia de infantería tratando de derribar un satélite fuera de control con una batería antiaérea. Se rumoreaba que el artefacto volador en cuestión podría ser otra de las tantas propiedades de Schoklender.
Hincha lanzando el “Paraavalanchus”, unidad inteligente que identifica colores. En este caso particular, el celeste de la camiseta de los jugadores de Belgrano.
Simpatizante lanzando la unidad espacial “Inodorus”. Acá se puede apreciar cómo la tecnología es puesta al servicio del mensaje subliminal. Es una manera sutil e indirecta de decirle a la dirigencia de River que se vayan a cagar.