domingo, 6 de julio de 2008

Autos Locos y política


Cuando era chico me devoraba “Los Autos Locos”, un dibujo animado en el que una serie de entrañables personajes corría a bordo de las máquinas más estrafalarias que se podían imaginar. Entre esos personajes estaba el inefable Pierre Nodoyuna, un villano torpe que, con la colaboración de su perro Patán, se dedicaba a ponerles trampas a sus rivales.


Con el correr de los capítulos comencé a avivarme de un detalle importante: si era capaz de prepararles elaboradas trampas a sus competidores, que venían detrás, era porque iba primero, ¿no es así? Y si iba primero ¿para qué necesitaba jugar sucio?
O sea, de esto se deduce que Pierre Nodoyuna contaba con el auto más rápido de la serie y habría ganado varias carreras si se hubiera concentrado en ellas.
¿A qué les hace acordar este contrasentido de Los Autos Locos?

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